Los niños y las niñas palestinas han vivido la totalidad de sus vidas bajo la ocupación militar y el conflicto. Una realidad que marca su existencia en todos sus aspectos: su seguridad, su derecho al juego, el desarrollo de su bienestar y su salud emocional, entre otros muchos.
Malik Issa, un niño palestino de 9 años, volvía con sus dos hermanas de la escuela a su casa, en el barrio de Al-Issawiya de Jerusalén Este. De camino, los pequeños se acercaron a un grupo de gente y, en apenas unos minutos, Malik recibía un disparo en la cabeza con una bala de goma. El ataque le hizo perder un ojo y puso en estado grave el otro.
“No hubo ni piedras ni nada, la policía abrió fuego al ver tanta gente reunida”, declaró su padre a un medio israelí. "He convertido mi casa en una prisión para evitar cualquier peligro para mis hijos. Tengo miedo por ellos, no les dejo salir, y ni siquiera tienen permiso para abrir la puerta. Pero no importa cuánto trate de protegerlos, aquí nada ayuda", añadió.
Lamentablemente, este tipo de situaciones son cada vez más habituales para los niños y niñas palestinos en Jerusalén Este y Cisjordania, donde, muchas veces se ven obligados a cruzar por puestos de control militar o donde son testigos de situaciones de tensión, registros y situaciones de violencia fruto de la ocupación israelí.
Los ataques violentos a los niños y niñas de Palestina siguen en aumento.
Desde principios de año, 42 niños y niñas palestinos han sido asesinados en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este y centenares han resultado heridos como consecuencia de los ataques del ejército israelí.
Además, a menudo son víctimas de acoso, intimidación y violencia. En algunas zonas de especial tensión, las escuelas son objetivo de operaciones de búsqueda y lanzamiento de gases lacrimógenos.
Las escuelas deben estar protegidas y ser un refugio seguro donde los estudiantes aprendan y construyan su futuro y donde puedan sentirse libres de tensiones y violencia. El derecho a la educación debe protegerse en todo momento.
En la primera mitad de 2023, las Naciones Unidas registraron 423 incidentes que afectaron a menores palestinos y a su educación, entre ellos disparos de las fuerzas israelíes contra escuelas o estudiantes, operaciones militares, acoso por parte de colonos israelíes y retrasos al pasar los puestos de control del ejército israelí que afectaron a unos 50.000 niños y niñas.
Miles de estudiantes se han visto afectados, lo que aumenta el riesgo de que abandonen la escuela.
Esto tiene que acabar. Como potencia ocupante, Israel tiene la responsabilidad de proteger a los niños y niñas palestinos de la violencia, tanto la ejercida por su propio ejército como de sus colonos e investigar cualquier ataque o violación de sus derechos.
Firma para exigir que Israel garantice una vuelta al colegio sin violencia para los niños y las niñas de Palestina.